Iñaki San Sebastián Hormaetxea

El laberinto catalán

Ya tenemos las cifras encima de la mesa, así que ahora toca dejarse de especulaciones y estrujarse el magín en busca de alguna salida. Hay que mojarse con propuestas concretas, aunque a priori puedan parecer imposibles.

Pues bien, en primer lugar convendría estar convencidos de la existencia de alguna salida de emergencia como para escapar del laberinto y seguir avanzando. En segundo lugar se trataría de ser realista y marcarse unos objetivos razonablemente alcanzables.

Vayamos con los objetivos. Podrían ser, por ejemplo, facilitar una pausa reflexiva al independentismo. Ejercitarse en la coexistencia de políticas neoliberales, con políticas sociales propias de un gobierno mayoritariamente progresista. Dar vida al PSOE más auténtico que, desde las bases, dio el triunfo a Pedro Sánchez frente a Susana Díaz y Cía. Frenar a un partido tan crecidito como Ciutadans y a su líder. Marcar el camino hacia la dorada oposición, a un PP que se debilita a pasos agigantados, etc.

Termino con mi quiniela. Yo apostaría por un gobierno transversal y ampliamente mayoritario, anclado en un acuerdo programático de mínimos entre JxCat (Puigdemont) – ERC (Junqueras) – PSC (Iceta). En Euskadi sabemos por experiencia que los pactos entre nacionalistas y socialistas obligan siempre a equilibrios inestables. Sin embargo, si en el corto plazo el pueblo soberano no ofrece otra alternativa, hay que arriesgarse y dar un paso al frente, aunque sea con la nariz tapada. Es lo que yo sugeriría a los soberanistas e independentistas catalanes, para que resuelvan su rompecabezas y salgan del laberinto en el que parecen estar instalados.

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