Francisco Javier Subiza Ilundain | Miembro de Sasoia

El milagro de Fátima (Báñez)

Hola, Fati, permíteme que te tutee porque ya casi te considero como de la familia, pues todos los años te pones en contacto conmigo. Lo podías hacer por Navidad y así, al mismo tiempo, me felicitas las pascuas.

Ya perdonarás si no puedes leer bien esta carta, pero es que, al leer la tuya, me ha embargado la emoción y las lágrimas de mis ojos han emborronado el papel. 4,37 euros de revalorización. ¿Cómo no emocionarme? Gracias de corazón.

La verdad es que leyendo tu escrito me parece de mal nacido que haya gente que diga que habéis esquilmado la caja de las pensiones. Yo no les creo. Con las subidas que nos propones se agota hasta el remanente del Tesoro norteamericano.

Te doy las gracias por la subida, pero me pones en un aprieto. No sé en qué invertir el incremento de mi pensión. Quizás tus amigos de la Gürtel, de la Púnica, o del Canal de Isabel II, me puedan orientar en este sentido. Ellos sí que saben sacar provecho al dinero.

Se dice por ahí y yo lo creo, que eres mucho de misa y rosario. Si es verdad, te ruego que mires en el paraíso que os espera a las buenas personas y me hagas una pequeña inversión en él. Los del PP sabéis mucho de paraísos, sobre todo si son paraísos fiscales.

Por último te diré que nunca he creído en milagros, pero el tuyo, el de Fátima, ahí está. Es un auténtico milagro tener semejante cinismo para intentar seguir engañando a millones de pensionistas.

Ah, te devuelvo tu carta, guárdatela para el año que viene porque, total, me vas a decir lo mismo.

Haz extensivo mi agradecimiento a tu jefe Mariano.

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