Iñaki Arrieta Magunagoitia

El PNV, el PSOE y nuestro Gobierno Vasco no encuentran a nadie más adecuado que José Luis Bilbao

!Qué casualidad! Parece un mal chiste: entre 2.191.682 vascos elegibles, no encuentran a nadie más adecuado. Precisamente quien dijo que el tribunal solamente emitía «opiniones» cuando tímidamente cuestionó sus cuentas como diputado general. En adelante es posible que paguemos a José Luis Bilbao un hermoso salario (y en algún momento una gloriosa jubilación) por emitir opiniones. Y como lo más normal del mundo, pagaremos para que esas opiniones no tengan ninguna relevancia sobre acontecimientos pasados, presentes o futuros. Otros como antes él se pasarán por donde les convenga esas opiniones.

No dudo de su honradez personal. Pero José Luis Bilbao lleva muchos años tomando decisiones sobre quién paga impuestos en Bizkaia, cuánto paga cada uno y a dónde han parar tan ingentes recursos.

Muchas instituciones públicas vascas vienen arrastrando ‘problemas’ (falta de transparencia, ‘desequilibrios’ financieros, ...). A menudo (caso del Gobierno Vasco, por ejemplo) falta el exigible conocimiento, discusión pública y aprobación de la ejecución real de los presupuestos. Sí se aprueban las previsiones con respeto a las formas, pero de su ejecución real (cómo y a quiénes se cobra y en que se acabó gastando) solemos saber más bien poco.

El PNV y el PSOE han sido los partidos con más poder desde que nos acordamos. Ahora están de acuerdo en que José Luis Bilbao es idóneo. Seguro que conoce bien nuestra fiscalidad a la carta, nuestras bolsas de fraude, también a los amiguetes (de alguien) que se lo llevan crudo, nuestros planes de (no) inspección fiscal, nuestras instituciones de derecho público de utilidad dudosa y costes abrumadores, nuestras inversiones en infraestructura para que nuestras ‘élites’ también saquen pecho o vayan subvencionados en AVE o en lo que haga falta. También sabe quién lo que está pagando.

Si el PNV y el PSOE nombran a José Luis Bilbao como presidente del Tribunal Vasco de Cuentas vamos a pasar mucha vergüenza, propia y ajena; y vamos a constatar que, para nuestros políticos de al lado de casa, hay muchas prioridades (las suyas) por delante de las nuestras (cuentas claras, equidad fiscal, gasto público eficiente, impunidad mínima; decencia, al menos en apariencia; un poquito de educación, quizá elegancia, siendo como somos del atleti, no sé... un algo).

Preguntas: ¿Somos idiotas? ¿Tienen vergüenza? ¿Para qué queremos un Tribunal Vasco de Cuentas? ¿No tienen medios suficientes de propaganda? ¿Es posible la existencia de persona humana, independiente de partido, que entienda de cuentas? ¿Se le permitiría al menos cumplir la ley y recordar a nuestros políticos que también deben cumplir las leyes que promulgan?

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