Enric Vivanco Fontquerni | Barcelona

Elementos de protección

La burocracia de la CE, es inmensa, las normativas y protocolos ocupan centenares de miles de páginas, las molestias que causan son enormes, y siempre tienen argumentos para justificar semejante entramado que necesita un innumerable número de trabajadores, que los que menos sueldo tienen cobran como poco el doble que cualquier catedrático de Universidad, es un inmenso océano que alimenta a muchos ciudadanos, y nadie se pregunta si son necesarios, los emolumentos, y las regalías, tan altas y su mera existencia. Siempre se ha sospechado que las normativas están pensadas para favorecer a ciertos sectores económicos de las potencias más desarrolladas. Ahora todas estas trabas proteccionistas que sólo benefician a las multinacionales, que utilizan los royalties, que son un cúmulo de injusticias, ya que su mera existencia hace un mundo más pobre para todos, excepto para las potencias que dictan sus normas en beneficio propio. Por esto cuando se anima a fabricar máscaras de protección, en cualquier taller, sin ningún control, en una situación crítica para la salud, un producto que sólo sirve para hacer ver que se está protegido. Esta medida está pensada para enmascarar la ineficacia absoluta, de una política económica ridícula, y estúpida, que la capitanean los políticos, que intentan permanecer como siempre a las órdenes de las distintas patronales internacionales y locales. Para empezar se ha intentado echar niebla desde el principio respecto a si son útiles o no lo son, por la sencilla razón que sabían que se tardarán meses hasta tener la máscaras homologadas de forma masiva. La manera que se ha utilizado para la comunicación ha sido construida para hacer dudar a las personas, de su eficacia, e ir pasando los días. Esta forma de actuación es indecente, y ha sido promovida sin el menor recato. Los que hemos trabajado décadas en la industria farmacéutica, sabemos de la importancia de los elementos de protección activos y pasivos, no solo para el medicamento, sino para los trabajadores que manejan productos, en algunos casos altamente tóxicos. Así que, de dudas nada sobre la eficacia de los elementos de protección que cumplan las normativas, son imprescindibles, y tienen que estar al alcance de toda la ciudadanía, a un costo asumible. Por lo tanto los estados, deberían hacerse cargo del importe, y también para evitar el mercado negro.

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