Jordi Oriola Folch

En Cataluña vivimos en estrés continuo

Te sonará que el 1 de octubre se hizo un referéndum de autodeterminación en Cataluña, donde votaron más de 2,3 millones de personas (el 43% del censo electoral) con un 90,1% a favor de la independencia, y que el Estado español envió 10.000 policías para tratar de impedir el referéndum, hiriendo a más de mil personas. Desde entonces, el movimiento ha seguido igual de fuerte y ganando todas las elecciones, a pesar de la represión española sin cuartel.

Os quiero contar porque es muy estresante ser independentista catalán y porque no hay paz ni tranquilidad para nosotros si no aceptamos renunciar a nuestro objetivo político, tan legítimo como cualquier otro mientras se defienda sin violencia. Pero España sí utiliza la violencia y ha condenado de 9 a 13 años de cárcel a nueve líderes catalanes acusados de organizar el referéndum. El presidente Puigdemont y otros miembros de su gobierno se exiliaron a Europa, y no han sido entregados a las autoridades españolas porque los jueces alemanes y belgas no los han considerado culpables. Los partidos independentistas catalanes han ayudado a derribar el anterior gobierno español de derechas, pero el actual gobierno social-liberal es tan nacionalista como el anterior y nos reprime igual. Para quedar bien con Merkel, el gobierno español aceptó una mesa de negociación con los catalanes, que se reunió en febrero y ya no se ha reunido más, aunque lo tenía que hacer cada más. En julio se quería re-emprender pero no tienen ganas.

Con el covid-19, el gobierno español aprovechó para re-centralizar el sistema semi-federal español y no dejó que Cataluña se auto-gobernara contra el virus. El Estado puso militares y policías a hablar cada día en las ruedas de prensa. Como si fuera una dictadura. Y la Justicia no dejó salir a los presos políticos catalanes por el peligro del covid-19 como aconsejaba la OMS. Por venganza hacia ellos. Y ahora, un poco recuperados del impacto inicial del virus, volvemos a estar de lleno en el ritmo trepidante de la política en Cataluña. Un ritmo inimaginable desde otros países de Europa. Los catalanes no podemos hacer una vida tranquila ni concentrarnos en proyectos personales, porque las noticias políticas nos sacuden cada día y nos mantienen conectados para saber por dónde vendrán los golpes. Juzgad vosotros mismos:

En medio de la pandemia la prensa suiza e inglesa destaparon que el antiguo rey, puesto en el trono por el dictador Franco, está siendo juzgado en Suiza por unas cuentas bancarias con 100 millones de euros de supuestas comisiones ilegales que provienen de la monarquía saudí. También nueve activistas, detenidos durante 4 meses acusados de preparar atentados, han sido puestos en libertad condicional, dejando en evidencia que no tienen pruebas contra ellos y que la acusación parece inventada por la policía. Han citado a declarar un colaborador del presidente Puigdemont por haber pagado 14 € de peaje en la autopista para visitar a los presos políticos y por haber viajado a Nueva Caledonia para ser observador en su referéndum de autodeterminación. También hemos podido seguir el juicio televisado a los cuatro miembros de la cúpula de la policía catalana acusados de rebelión por su actuación durante el referéndum. En el juicio, hemos comprobado que todas las acusaciones han ido cayendo pero veremos cual es el veredicto. Y entonces unos documentos desclasificados por la CIA nos han hecho saber que el expresidente español Felipe González estaba detrás del grupo terrorista GAL que asesinó 27 vascos y torturó otros 30. Luego la Justicia ha pedido poder juzgar una diputada catalana, bien posicionada para liderar uno de los grandes partidos independentistas. Se le acusa de corrupción, posiblemente inventada por la policía. Y entonces nos han sorprendido con el anuncio que, tras 6 años de espera, justamente ahora juzgarán el expresidente catalán Pujol y familia por asociación criminal y corrupción, y así intentarán tapar la corrupción real y perjudicar a los partidos independentistas en las próximas elecciones catalanas. También The Guardian ha dado a conocer que, los móviles de varios políticos independentistas, han sido espiados ilegalmente con el programa de una empresa israelí que sólo se vende a los estados para perseguir terroristas y criminales.

El gobierno catalán ha querido confinar algunos municipios por los rebrotes del covid-19 y la justicia lo ha intentado bloquear alegando que se vulnerarían derechos fundamentales, pero en otros casos y lugares no le ha importado que se vulnerasen estos derechos. También hemos conocido que supuestamente el antiguo rey tiene, en el Palacio donde vive la familia real, millones de euros que le han ido llevando en maletines secretos, y que los administra con una máquina de contar billetes. El actual rey ha dado a entender que no sabe nada de esto. Más aún, la examante del antiguo rey, testigo en el juicio contra él, ha recibido una amenaza con un disparo de fusil en la ventana de su casa de Inglaterra. Como la mafia. El actual rey ha venido de visita en Cataluña y el movimiento independentista ha hecho una multitudinaria manifestación de protesta, pero el fuerte despliegue policial no les ha dejado llegar ante el rey, mientras que sí han dejado pasar 15 personas con banderas españolas. Vulneración del derecho de manifestación según la ideología. El día siguiente se inició un nuevo juicio televisado contra cuatro miembros de la Mesa del Parlamento de Cataluña que permitió debates y leyes en referencia al referéndum y contra la portavoz del partido independentista anticapitalista. El día siguiente se inició el juicio contra aquella diputada prometedora. Y el mismo día han absuelto dos activistas catalanes detenidos por las protestas contra la sentencia a los líderes independentistas. Fueron retenidos en prisión 8 meses ¡por ser de origen marroquí! A otros dos activistas de origen marroquí aprovecharon para deportarlos. Aún quedan unos treinta activistas pendientes de juicio por las protestas contra la sentencia de los líderes independentistas. Acabamos de saber que hay 190 encausados por una protesta de resistencia no violenta en la frontera con Francia de protesta ante la sentencia. También queda pendiente un juicio a cinco juristas que hicieron de sindicatura electoral durante el referéndum. Y aún debe comenzar otro juicio a treinta personas por malversación, desobediencia… Incluso el actual presidente de Cataluña, Quim Torra, será seguramente inhabilitado a partir de noviembre por haber colgado una pancarta contraria a que haya presos políticos. Y esto hará terminar abruptamente la legislatura un año antes de lo que tocaba y obligará a elecciones anticipadas.

No se si ya os habréis mareado con este volumen de noticias, que en otros países europeos pasan cada varios meses o años, y que, en cambio, en Cataluña pasan cada semana e incluso de un día para otro. Los catalanes somos pacíficos y sólo queremos poder decidir democráticamente nuestro status político, pero lo que estamos soportando es demasiado intenso e injusto. La UE lo trata como un tema interno de España y no se quiere meter, pero el nacionalismo español está traspasando todos los límites aceptables. ¡Es necesario que la UE y el mundo reaccione antes de que sea demasiado tarde!

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