Maria Olga Santisteban Otegui | Zalla

En la salud y la ciencia

Es uno de nuestros bienes más preciados y el deber que tenemos casi «sagrado» de disfrutar plenamente de ella. Por supuesto, hablo de la salud y que tenemos que cuidarla al máximo, así como los responsables (gobiernos, autoridades sanitarias) tienen igualmente el deber de «velar» que así sea.

Será necesario recordar, para aquellos que quieran «refrescar» su memoria, los años de privatizaciones y recortes que ha «sufrido» nuestra sanidad pública que, en mayor o en menor medida, ha afectado de manera más «encubierta» o con el mayor descaro y sin sonrojarse un «pelo» a la gran mayoría de las comunidades del Estado. Ahí están, repito para «desmemoriados», las movilizaciones y manifestaciones que desde todos los estamentos de trabajadores de la sanidad pública se han venido produciendo a lo largo de unos cuantos años, pidiendo unas condiciones y recursos acordes con una verdadera sanidad digna y adecuada para todos.

Y qué decir de la ciencia, esa gran «aliada» a la hora de colaborar estrechamente con los profesionales de la medicina, para dotar e investigar de las mejores terapias posibles y siempre con la vista puesta en hacerlo cada día un poco mejor. Pero aunque la ciencia es siempre ciencia recordaremos igualmente la importancia más que primordial de dotar a la investigación pública de lo que también llevan pidiendo largos años, una financiación de calidad. Así pues, no nos acordemos de lo que nos falta cuando más lo necesitamos. Es uno de nuestros «bienes» más preciados y, siempre que «corren» tiempos difíciles, como los que ahora nos «ocupan», nos recuerdan cual importante es, así que pongamos todos los recursos y medios por una sanidad y una ciencia pública.

Desde aquí, un abrazo más que solidario para aquellas y aquellos que, en primera línea, velan por nuestra salud.

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