Javier Orcajada del Castillo

Gamesa y Siemens

Llegan noticias alarmantes respecto al futuro de Gamesa, tanto por su situación económica como por la deficiente calidad de la gestión de los diferentes agentes concernidos: Siemens, Gobierno Vasco y el de Nafarroa, Iberdrola, sindicatos y BFA. Se trata de una empresa emblemática vasca, innovadora, con proyección exterior, pionera en el mercado mundial de los aerogeneradores y con la expectativa de convertirse en el símbolo tecnológico vasco. Recientemente inició negociaciones con la multinacional alemana Siemens para una operación de fusión con el compromiso de que su gestión estratégica radicaría en Euskadi. Todos las expectativas eran positivas, pues el Gobierno Vasco, Iberdrola y los círculos financieros aseguraban una proyección futura plena de optimismo. Pero repentinamente surgieron noticias de reestructuración en las diferentes plantas que posee Siemens en el mundo estimando unos 6.000 despidos, aunque se aseguraba en los círculos empresariales que no afectarían a las plantas en Euskal Herria. Sería impensable negociar la incorporación a una multinacional para, inmediatamente, ser reestructurada. Así lo proclamaban los Gobiernos Vasco y de Nafarroa. Una vez más el Gobierno Vasco peca de ingenuidad, pues su autorización para el ERE es preceptiva y podría sospechar lo que los alemanes maquinaban. Todo ello en ambiente de secretismo, por lo que los sindicatos temieron que se ocultaba algo. Finalmente Siemens hizo público que alrededor de 170 trabajadores radicados en nuestros territorios serán despedidos: el 50% del total. El Gobierno Vasco manifestó sentirse engañado y molesto con la decisión porque no era lo acordado en las negociaciones para la operación de fusión. El presidente de Iberdrola, socio fundador y mayoritario durante la fase de creación, expresó su sorpresa y decepción por haberse tenido que informar de la crisis a través de la prensa y hacía público que el valor de la empresa había caído el 50% desde que se iniciaron las gestiones de fusión. Ante tales noticias, los sindicatos anunciaron movilizaciones en demanda de información. Inesperadamente la multinacional anuncia que retira el ERE y que propondrá un plan de bajas voluntarias e incentivadas. Es sorprendente que Gamesa, que ha demostrado su eficaz gestión convirtiéndose en uno de los líderes del sector, haya equivocado su estrategia poniendo en riesgo su futuro y sea ninguneada por los extraños manejos de la multinacional. Deberá explicar la operación de expansión participando en Gamesa y al mismo tiempo que imponga un ERE en la misma entidad en la que se materializa la expansión. Todo el proceso es enigmático, dado que la operación ha sido propiciada por el Gobierno Vasco, al considerar positivo que una empresa vasca puntera por su tecnología e imagen internacional se incorpore al restringido mundo de las multinacionales para prestigiar a Euskal Herria. Harán bien que los sindicatos vascos exijan información detallada y sugerir a los ingenuos estrategas del Gobierno Vasco que sean cautos y no se dejen deslumbrar por los cantos de sirenas de los tiburones que chapotean a la caza de ingenuos. No es el primer caso que son víctimas y una vez tras otra se reiteran en el error.

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