Iñaki Revuelta Lertxundi, cantante

Honor, agradecimiento y salud, fin de una etapa

Después de tantos años de colaborar en múltiples causas solidarias, es momento de reflexionar y repasar ciertos momentos grises de mi vida. Desde que en su día, digamos unos casi veinte años, mi buen amigo Iñaki Lopez de Luzuriaga me animara a cantar y a moverme en círculos de la izquierda abertzale, han transcendido grandes vivencias y forjado grandes amistades. Si de honor hablamos, ese ha sido el poder llegar a conocer a grandes seres humanos como Martxelo Alvarez de Ahaztuak, Diego Paredes hermano de «Txiki» y toda su familia, en otro ámbito, Vicente Zaragüeta y sus hijas y demás equipo del Aquarium donostiarra, Juan Mari Mañero y Laura Chamorro, como no con todo esa gran familia que fué Teledonosti. De ahí pude tener el privilegio de conocer y realizar emotivos momentos, con los maestros Juan Carlos Irizar y Benito Lertxundi.

Mis palabras solamente pueden ir dirigidas a una profunda gratitud, siempre guardaré con cariño en un lugar especial de mi corazón tantos bellos momentos, la oportunidad de conocer y ser querido por diferentes naciones y representantes de países hermanos como Venezuela, Cuba o Corea del Norte.

Pero en este momento es cuando llego al tema de la salud, del coste emocional digamos. Mentiría si no dijera que mis disgustos me he llevado y que, siendo sinceros, todo ello me ha ido conduciendo a un desgaste personal que ha llevado a ser infelices a la gente querida que me rodea. Uno piensa que es fuerte y de acero pero no es así, el corazón se resiente y hace que salga lo peor de tí. Nunca hubiera imaginado que sin quererlo, al mismo tiempo de consolar a diferentes víctimas estaba creando otras, en mi propia familia. Y a mi familia también entra mi actual pareja y su hijo, gente formidable y que no merecen mis altibajos emocionales. Otro tanto para mis compañeros de trabajo, no ha sido fácil para ellos todos estos años de lucha por la reivindicación de mis ideales.

Junto a mi hermano Beñat, el artista y como un padre Jesús Etxebeste, Aizpurua y demás buenos amigos, hemos hecho historia y siempre quedará nuestro pequeño granito de arena en esto que llamamos vida tevolucionaria. Pero es tiempo de pasar página, de dejar continuidad y relevo a futuras generaciones, el camino de la libertad y la convivencia de nuestro pueblo ya está bien definido y guiado por los que nos representan, no seré yo quien critique sus andanzas, no es sencillo menester su cometido.

Sin más desearos mucha prosperidad, suerte y felicidad, no son lejanos los tiempos en el que podamos fundirnos en un fuerte abrazo, beti aurrera!

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