Es del todo sabido por las ciencias sociales: como la sociología y la antropología, que las instituciones tienen género en la peor versión sexual. La prueba empírica después de la providencia redactada de forma tan justa y equitativa, curiosamente todas la mujeres han tenido la gracia de poder disponer de una libertad por algunos minutos más que los varones contumaces que se revuelcan infringiendo nuestro orden constitucional. Los trabajos de campo que se han hecho que por desgracia son muy pocos de las peripecias que deben de soportar las mujeres maltratadas al tener que ir a estas instituciones que en muchos casos encima se les culpabiliza, es un mal sueño en el que hay un porcentaje elevado que renuncian para poder evitar una peregrinación dolorosa que las hunde más de lo que están.

Atentamente,

Enric Vivanco Fontquerni