No me refiero precisamente al título del mítico film correspondiente al género negro y protagonizado entre otros por Bette Davis. Lo hago tras leer la epístola remitida por el rey emérito, en lo sucesivo jatorra, a su hijo Felipe VI.

En la misma se aúnan afirmaciones hilarantes, como cuando habla de su marcha a Abu Dabi, «para así prestar el mejor servicio a España y a los españoles», con veladas amenazas «volveré a España con frecuencia», y concluir con un panegírico del estilo «siento un legítimo orgullo por mi contribución a la convivencia democrática y a las libertades en España».  

Acabo: Una misiva absolutamente nauseabunda, carente del mínimo rigor, dignidad y vergüenza.