Enric Vivanco Fontquerni, Barcelona

La ética de la libertad

La cuestión de la obediencia tiene su importancia ya que cualquier civilización lo que busca es que no haya disenso bajo ninguna circunstancia. Para ello son necesarias las creencias y los entramados políticos, sociales, económicos, y ahora se ha ampliado con los expertos y científicos, que todos ellos juntos son unas minorías sistémicas. Todavía la pregunta esencial e imprescindible que jamás se pone en el tablero, para saber en dónde estamos; ¿cuál ha sido el desencadenante o motivos del surgimiento de la pandemia y su expansión sistemática y continuada? Si todavía no somos capaces de ver que una pócima de 0.5 ml, no resolverá el problema, es que somos muy creyentes, los más creyentes de todas las civilizaciones juntas. Es curioso que los que atacan al populismo, por su simplificación y desvarío, quieren hacer creer que chutando agua de Lourdes, la pandemia desaparecerá milagrosamente. Francamente esto es debido a la incapacidad en hibridar conocimientos. Las ciencias sociales que son las más imprescindibles de todas, más que las matemáticas, la estadística y el conocimiento del inglés. Todavía no se ha puesto manos a la obra para investigar los motivos del por qué la gente se vacuna, y por qué una minoría no la hace. Sencillamente no lo sabemos, como tampoco sabemos los efectos no deseados de las vacunas experimentales que se están suministrando, ya que los laboratorios desde el primer día, se lavaron las manos respecto a los efectos no deseados, con la aceptación de los gobiernos respectivos. Relacionar libertad, ética, y solidaridad, son temas muy maleables, que siempre en el fondo están los intereses inconfesados de los individuos. Nadie puede negar ya que también los gurús oficiales, hace décadas que relacionan el incremento y nuevas enfermedades, con  la mortalidad, debido a la contaminación medioambiental, que influye directamente en el deterioro climático, que propicia hambrunas, guerras y desplazamientos masivos de población. Todos los que cogen el avión, los cruceros, y ahora las autocaravanas, junto con los coches particulares, están incidiendo en el incremento de enfermedades y en la aceleración del cambio climático. Esto por desgracia es así. Por ello hablar de ética en nuestra civilización es imposible ya que los cimientos de nuestra civilización en todos los sentidos, va en contra de la mínima ética.

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