Manu Ballesteros Rodríguez*

La incomprensión civil

La incomprensión y los malos entendidos, por actuar de buena fe, en todas las circunstancias de la vida, es demoledora con la gente que se moja, que siempre está dispuesta a echar una mano y se compromete ante situaciones en las que la solidaridad es muy necesaria, y sobre todo para la persona que ejerce esta auto impuesta función social de forma individual, aunque pertenezca a un colectivo, ya que en ocasiones se rige por lo que les dicta su gran corazón.

Buena parte de la ciudadanía parasitaria, que no hace nada por lo demás, y que siempre pone en duda que alguien lo pueda hacer, sin que exista un interés inconfesable, son los más contrarios de esta gente, pero no porque anhelan su papel, sino porque principalmente son unos y unas «nonistas» con las personas corrientes, que ni hacen ni dejan hacer, con sus críticas en foros de poco enjundia, pero de las que se hace eco la gente más simple y manipulable. Existen por otro lado gente de más calado en foros importantes que recelan también de su ganado protagonismo, y tampoco los ven con buenos ojos.

Lo mismo que existe la respetada figura del «soldado desconocido», tendría que hacerse una referencia y reconocimiento a la infinidad de ciudadanos y ciudadanas desconocidas, aunque sean muy visibles por estar siempre ahí, sin tener obligación, y dispuestos a echarte una mano dentro de sus posibilidades y sus conocimientos.
Una de esas admiradas personas, de esos héroes corrientes, es Imanol Arnaiz, activista del PAH, que tanta gente tiene que agradecer su compromiso y dedicación desinteresada.

*Esta Carta también la firman, 12 personas más: Montse Pérez, Jon Imanol Ballesteros, Roberto Galdos, Juan María Elexpe, Jesús María Martinez, Juan Carlos Alvarez, Alfonso Markos, Alberto Hernández, Esperanza Rodríguez, Begoña Bengoetxea, Rodolfo Pérez y Laura Zugazaga.

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