Enric Vivanco Fontquerni | Barcelona

La política

El premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, 2005, Giovanni Sartori, en su libro, "La política", escribe, recordando a Daniel Bell, se pregunta si la política debe entenderse como una fuente autónoma, o exactamente como la fuente ultima. Sartori, contesta con un rotundo «sí». Es de sobra conocido que los monarcas, al tener una agenda tan apretada para llevar a término actividades imprescindibles para la supervivencia de sus súbditos, no les da tiempo para leer nada. La antropología, entre otras virtudes desenmascara el etnocentrismo insufrible de nuestro pequeño mundo occidental. Desde que el ser humano existe, siempre se ha organizado por medio de reglas, tabúes, religiones, leyes, constituciones y lo que haga falta, no hay régimen político, ni grupo de convivencia, que no tenga un código para hacer la vida, o más amable, o más insoportable. Las leyes, están al servicio de la política y no a la inversa, y las leyes, se han de remodelar constantemente, como los puestos de trabajo de caducidad instantánea, como impera en la actualidad. No se pretenderá tener leyes inamovibles, cuando se exige a los ciudadanos que cambien de teléfono celular, cada trimestre. Lo moderno es adecuarse a todo el conjunto. No me imagino ningún monarca europeo, capitaneados por la Reina, del Reino Unido, interfiriendo con opiniones rocambolescas, en la propia esencia de la política, ante un juicio que se jura y se vuelve a jurar, que no es político, ni por las ideas. Supongo que será porque alguien carece de las mismas.

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