Javier Orcajada del Castillo

La puerta giratoria de Arsenio Fernández de Mesa

La noticia del cese como director de la Guardia Civil había dejado sin aliento a la ciudadanía: un despilfarro no aprovechar su valiosa capacidad. Según las crónicas, fue miembro de Falange Española y actuó de cadanero contra grupos de izquierda. Ganó una dura oposición como ayudante de jardinero en el Ayuntamiento de El Ferrol del Caudillo del que llegó a concejal. A base de esfuerzo en un cursillo se diplomó en Altos Estudios Militares, alcanzando importantes cargos adecuados a su formación. Gracias a sus profundos conocimientos marítimos es nombrado responsable en el desastre del vertido de petróleo del Prestige. Su gestión resultó impecable: aseguró que los vertidos del betún no llegarían a la costa. Efectivamente, cubrieron todo el Cantábrico hasta Burdeos. Las poéticas declaraciones de Rajoy, a la sazón, Ministro del Interior, calificando de «hilillos de plastilina» al más grave vertido de la historia, es el preludio para premiar a don Arsenio nombrándole director de la Guardia Civil. Tuvo que hacer frente a la tragedia de la muerte de quince negros emigrantes en la playa de Tarajal, víctimas del celo de los guardias que dispararon pelotas de goma. Su defensa del Cuerpo fue épica, pues negó los disparos, aunque el inoportuno fotógrafo estaba allí con su móvil tomando imágenes que desmintieron la defensa de la actuación exquisita de los agentes. El máximo responsable del Cuerpo siempre gozó de la confianza del prestigioso ministro del Interior, don Jorge Fernádez Díaz. El asunto está enmarañado en los juzgados, mientras, desde Europa se acusa al gobierno español de que en Ceuta existen alambradas electrificadas, acondicionadas con las inocuas «concertinas», que no tienen nada que ver con la música. Se pensó que su ocaso había llegado, pues desapareció de las pantallas y de la prensa. Error, volvió a la actualidad, pues posó arrogante en un cuadro vestido de uniforme de general. Ahora colgado en alguna galería de ilustres. En pago a los servicios prestados y para un cargo tan adecuado a su elevada cualificación profesional pasa por la puerta giratoria nombrándosle consejero, responsable de seguridad de REE, empresa participada al 50% por el Estado. Percibe en sueldo anual de de 175.000 €. Rajoy no abandona a los suyos.

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