Javier Orcajada del Castillo, Bilbo

La Superliga se desvanece

Florentino Perez, presidente del Real Madrid, además de rico y ambicioso es un caradura, pues como ha arruinado a su equipo fichando a todos los cracks que aparecen en el mercado, argumenta que el futbol está en la ruina y que hay que salvarlo. Para ello, se le ocurrió crear la Superliga junto con los jeques petroleros árabes propietarios de los principales equipos de Europa que participan de la misma filosofía de gestión intencionadamente caótica y enriquecimiento compulsivo. El esquema era elemental: serían fundadores doce de los equipos más importantes de Europa que tendrían asegurada todos los años su participación en la Superliga al margen de los resultados. Junto a dichos fundadores se invitaría a participar a otros equipos en función de sus resultados en las diversas ligas nacionales europeas, por tanto sujetos a riesgo para poder participar en la Superliga proyectada. Detrás se crearía una infraestructura financiera dirigida y gestionada bajo la solvencia y garantía del banco de negocios JP Morgan para administrar y concentrar los ingresos que inicialmente se estimaba que cada club fundador percibiría alrededor de cuatrocientos millones de euros. En la Premier de la UEFA rondan los 150. El proyecto ha enardecido a la UEFA, otro clan mafioso al que proyectaban ningunear, por lo que ésta ha expulsado a los lideres del proyecto de la Superliga de las competiciones europeas actuales, lo que supondría pegarse todos un tiro en el pie y arruinar el espectacular negocio del futbol actual y provocar el motín de los clubs de inferior nivel que constituye la esencia del deporte rey en Europa que la Superliga quería marginar, pues supondría matar la gallina del os huevos de oro de las actuales competiciones y la agonía de los clubs que compiten y han credo el fabuloso montaje financiero del futbol europeo actual. Por eso la UEFA ha «perdonado» a los clubs sediciosos aplicando la máxima canina «perro no como carne de perro». Pero ningún es de fiar.

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