Iñaki Revuelta | Donostia

La tiranía enmascarada

El pueblo obediente y formal ya ejerció su derecho al sufragio, ahora toca volver a tomar esas medidas que al parecer, no eran necesarias hace apenas una semana. Es de necios en verdad no apreciar una relación entre la cita electoral y lo que ahora escuchamos de nuestros gobernantes, sinceramente pienso en que es una auténtica tomadura de pelo. Cuando veo al alcalde donostiarra hablar de la idoneidad de llevar la mascarilla públicamente, con esa sonrisa picarona y dándole poca importancia, pienso en toda la gente trabajadora en puestos de necesidad primaria que llevamos soportando esto durante meses. Si ya es duro y fatigable, más cuando tienes problemas respiratorios, el portar esa basura ineficaz e inútil cara a un posible contagio, es más irrisorio escuchar ciertas sandeces de algunos analfabetos venidos a más.

Lo que nos queda a la ciudadanía es quedarnos en nuestra casa, del trabajo a nuestros quehaceres diarios, sin tener que colaborar en el resurgimiento de la hostelería y demás gremios existentes y muy dañados por la infame gestión de los que dicen liderar esta llamada pandemia. Lo siento pero no, no queremos ni nos apetece llevar ninguna máscara, ni tener nuestra arteria principal como es la calle San Martín cerrada, por culpa de un metro totalmente innecesario para esta ciudad. Ustedes sigan con sus negocios, comisiones y demás aventuras enriquecedoras, nosotros seguiremos con nuestra humilde vida, sin caretas ni máscaras, procurando vivir honradamente y sin vendernos a nadie. La tiranía vírica o institucional no entra en nuestros parámetros democráticos, somos libres y así lo seremos, sin ataduras de ningún tipo.

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