Javier Orcajada del Castillo

Las palabras no son neutrales

En el "Teleberri" de ETB dan la noticia de que dos presuntos terroristas palestinos han fallecido a consecuencia de los disparos de los soldados israelitas. En la misma cadena se informa que dos terroristas palestinos han asesinado a un colono israelita. La noticia lleva implícita una opinión que se introduce subrepticiamente en las mentes de los televidentes a quienes se les está enviado un mensaje de condena a los palestinos; y por otra, se justifica la necesaria violencia y las consecuencias que provocan los policías preparados para mantener el orden legítimo impuesto, aunque sea matando a ciudadanos palestinos. Una vez más es la semántica la que determina responsabilidades de una manera inmediata y careciendo de argumentos que sirvan para informar sin predisponer a lectores u oyentes en favor del que realmente ejerce la violencia asesina. Es que toda información en cualquier sentido lleva implícito un mensaje para quien la recibe, de manera que es una burla de los periodistas que presumen de objetividad; como si las emitieran máquinas parlantes que no tienen alma ni corazón. Los consumidores de información no serían capaces de digerir cuando les dijeran que es neutral, pues dudarían de su contenido o directamente la dejarían sin leer o cambian de canal. O sea que nos hemos hecho adictos no a la información, sino a lo que nos ofrece nuestro medio elegido que es el que nos dice lo que deseamos oír porque lo que nos ofrecen los demás medios no merece nuestra atención. Quizá a alguien se le ocurriera que para no estar contaminado ideológicamente lo mejor sería no escuchar, no leer o no ver la información que nos envían los medios. No, porque nos haría más vulnerables aún, pues una mente en blanco lo es porque carece de capacidad para pensar por motivos mentales o porque se la han lavado con lejía en la escuela, en la familia, en la iglesia o en los estadios de futbol. Dice el psicólogo Hernan Sampietro «Los humanos somos personas, no diagnósticos». En el caso de los palestinos asesinados por policías israelitas se nos está enviando un mensaje de que los palestinos son terroristas y que se han visto obligados a intervenir, ante la violencia irracional de los palestinos. (Obsérvese la alquimia literaria que requiere una información pretendidamente neutral). Aunque ya la semántica tiene escaso valor, pues las malditas redes sociales destrozan cualquier esquema ideado para mostrar la asepsia de actuación de las exquisitas fuerzas de orden público. Las citadas redes, gracias a la sencillez de manejo han logrado paralizar por ahora el ímpetu represivo policial, pero no conviene cantar victoria: ya sabrán solucionarlo con nuevas leyes o más policía.

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