La estrategia de la derecha consiste en frivolizar sobre la figura del oponente de izquierdas. Así hacen con Putin, Maduro, Xi Jinping, Lula da Silva, Petro o Sheinbaum. En cambio, se toleran como banalidades actuaciones criminales de líderes de la derecha como Trump, Netanyahu, Biden, Macron o Milei. A Puigdemont le califican de «prófugo», aunque fue diputado en la UE, que forzó al Gobierno a amnistiar a los condenados en el procés y al PSOE a ceder a la Generalitat la gestión de impuestos recaudados en Catalunya. El PNV y EH Bildu por parte vasca, nacionalistas catalanes, además de partidos progresistas, están sosteniendo al PSOE para evitar que la derecha y ultraderecha formen gobierno a pesar de tener mayoría. Son los que hacen que España sea la locomotora económica de Europa. La realidad es que Sánchez permanece en la Moncloa no solo gracias al apoyo de progresistas y nacionalistas, sino que la extrema derecha y la derecha extrema lograrían una mayoría cómoda para formar gobierno aunque las denuncias de corrupción, las acusaciones a la magistratura de favorecer a acusados del PP y Vox y la carencia de un plan de gobierno que no sea conseguir la Moncloa a base de publicar bulos contra Sánchez, el PSOE o sus familiares, manteniendo su filosofía de volver al imperio. Con un equipo de incompetentes liderado por Feijóo. Acusados todos ellos de corrupción, además de continuos casos de incapacidad para ponerse de acuerdo para y formar gobierno, que si reflexionaran, la actual coalición PSOE SUMAR no sería posible. Parece que la tarea del PP es escarbar en las cloacas del PSOE, cerrar la escuela pública, potenciar la enseñanza religiosa y endurecer la Constitución a los nacionalistas. Que Sánchez desee larga vida a Feijóo, Ayuso, Aguirre, Tellado y Cuca, pues con esta banda nunca serán derrotados. Porque la justicia europea vigila a los jueces españoles y no se fía de Feijóo.


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