Javier Orcajada del Castillo

Los héroes, los del limbo y los villanos

Los héroes que conocemos de las películas de Oeste, de policías o de guerra tienen imagen atractiva, son inteligentes, valientes, agudos, y con una actitud de poder contenido que exterioriza confianza y agradecimiento a amigos y temor a los enemigos; bondadoso y generoso por principio, pero siempre resolutivo a la hora de defender la justicia por sus métodos. Son el modelo del espectador acrítico al que quisiera parecerse. En cambio, si se analizan sus roles, realmente son soberbios; machistas que terminan enamorando a la guapa ingenua que se debate entre la pasión humillante y la admiración del héroe. Son de película.

Los que no son de película son nuestros valientes soldados de las Fuerzas Armadas, que proclaman la paz en países lejanos, portando armas de guerra. En contraste, los villanos son mujeres separadas en paro, desahuciadas y con hijos que demandan pan. Son los que esperan una solución por las preferentes que no llega a causa de las estafas de los bancos, contra los que Rajoy no quiere enfrentarse porque son quienes le mantienen. Son los presos que cumplen eternas condenas, enfermos en fase terminal, que no se les permite una muerte digna junto a sus familiares. Son los parados a los que se les engaña con estadísticas triunfalistas de crecimiento económico y creación sin límite de empleo que no se sabe a quienes beneficia. A los que se escatima un subsidio miserable para sobrevivir porque los fondos sociales van destinados a sanear sus bancos. Son los familiares de enterrados en las cunetas por defender la república, a los que no se les permite homenajear con dignidad. Son los que huyen de las guerras en pateras y naufragan en el Mediterráneo, mientras Europa se pone de perfil para no enterarse del drama.

También existe la multitud indiferentes que viven en el limbo: son los que entregan sus vidas a su equipo de fútbol, los que se atracan de televisión viendo con indiferencia las imágenes de niños ahogados en las playas de Grecia o familias alojadas en tiendas de campaña a bajo cero a la espera de una limosna de los impactados por la publicidad de ONGs que suplen el cinismo de los gobiernos «democráticos» como España.

Recherche