Javier Orcajada del Castillo | Bilbo

Los impuestos sí se pueden rebajar

Un ilustre economista publica su opinión de que no es posible reducir los impuestos, en respuesta a  la tesis de las derechas de que «donde mejor está el dinero es en el bolsillo de los contribuyentes». Al margen de que los países desarrollados lo son entre otras razones porque los impuesto son elevados, pero justos. Más dudosa es su afirmación categórica de que es imposible rebajarlos manteniendo simultáneamente el nivel de vida de la población. Esta afirmación lleva implícita la expresión habitual de los economistas para hacer sus experimentos que nada tienen que ver con la realidad que nos circunda. Parten de la aplicación de la fórmula “Ceteris paribus”, que viene a equivaler a «todo lo demás constante». Esa posibilidad es sólo una licencia de erudición inaplicable. Porque, además, a pesar de lo que afirma el citado economista, no es cierto que la UE no lo permita. Solo tiene que analizar la historia de  las reducciones  anárquicas de tipos en España en periodo electoral.

Tampoco es aceptable el criterio de que su rebaja lleve implícita la reducción del nivel de vida, pues como antes se explica, el articulista parte de la condición “ceteris paribus”, lo que significaría que carezca de medios con  mayor recaudación con tipos inferiores si se persigue la evasión fiscal. Ese latinajo encubre que se continúe con la política de represión creciente del fraude fiscal solo de los modestos contribuyentes, pero se mantiene y se incentiva la rebaja de la fiscalidad de las rentas elevadas, no profundizando en las inspecciones de las declaraciones de grandes empresas o de  evasores ilustres, no persiguiendo los paraísos fiscales, o simplemente desgravando las rentas vía Sicavs o con donaciones a los gobiernos para deslumbrar a la ciudadanía. Con una política de difusión de la  ética fiscal y persecución eficaz del fraude, con gestores honestos los impuestos podrían rebajarse sustancialmente.

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