La situación de la soberanía en el Principat, es tan lamentable y trágica, que ni tan siquiera se molestan enterrar el 1 de Octubre. Cuando los que participaron y pasaron el miedo y la represión física y judicial hayan fallecido todos, con el tiempo se podrá conmemorar una derrota más de las muchas que en Catalunya, estamos acostumbrados, gracias a unas clases dirigentes miserables, traidoras y colaboracionistas con la metrópoli, que solo les interesa sus sueldos mafiosos, y su retórica mentirosa e hipócrita, que ahora lloran para recuperar competencias que en realidad nunca han existido, salvo los sueldos para colocar a los rufianes de turno. Desde antes de la Transición, la única persona decente que se dejó morir asqueado de tanta miseria, en el que toda su vida la dedicó en un combate personal para romper con la dictadura y construir en el Principat, un Estado a la medida de las necesidades para los catalanes, que hasta el último día de su existencia, en una soledad mezquina por parte de todos los partidos políticos, luchó para intentar que Catalunya, no se hundiera de forma irreversible como está sucediendo en la actualidad. Se dejó morir como un patriota, solo en las montañas del interior de su amada tierra. Este héroe, no fue otro que, Luís Maria Xirinacs i Damians. Ahora se crea L'Institut Soberanies, que es una fábrica de ideas, que como todas, es una tertulia de café, con mascarilla, para que no se contagien sus participantes, y a dos metros de distancia cada uno de ellos, con los exilados correspondientes. La pagan los partidos políticos de siempre, o sea los que no quieren que se cambie nada. Ya con el nombrecito de marras, se ve de forma clara quien maneja el prostíbulo. Los de iniciativa, y la alcaldesa, rodeados del impresentable Tardà, como el resto de participantes. Si se portan bien, irán apareciendo en los medios de comunicación y cobrarán por su estimada colaboración, y a vivir que son dos días. La mayor parte de integrantes ha hecho política, o han sido entusiastas de ella, que nos ha traído a la situación de la pandemia actual, ya que han construido una ciudad de Barcelona, tóxica y en venta para los turistas y cruceros ridículos, con un aeropuerto, saturado de gentes pobres de espíritu, que no saben qué hacer con sus vidas y por esto viajan por unas horas, para que el cambio climático se acelere. Esta fábrica de ideas, cuyos miembros nunca han tenido ninguna, como un antiguo trosquista, fundador de un medio de comunicación, que pone sus medios para que se vaya intoxicando al personal. Su único objetivo es desprestigiar, para decirnos que la independencia es imposible, desde la izquierda colaboracionista con la monarquía. En fin, una vez más todos en contra de la libertad, para poder construir una Catalunya decente.