Enric Vivanco Fontquerni | Barcelona

Modestia

No es habitual escuchar en sede parlamentaria a un vicepresident, que viene de la cárcel, y una vez acabada su disertación, con el añadido de no contestar a las preguntas formuladas, vuelve a regresar al lugar de origen. La experiencia de la cárcel es una terapia que funciona muy eficazmente en la mayoría de los casos, ya que una vez cumplida la condena, los convierten en devotos de la realidad real.

No es el caso del señor Junqueras, porque tiene la iluminación permanente de los creyentes que durante toda la vida están inspirados por la verdad absoluta que le proporciona sus convicciones totalitarias de creencia y de pensamiento. Después de su plática, no pude reprimir la equivalencia con una película esplendida titulada: 'Alice et le maire'. El alcalde está preocupado porque no tiene ideas, y contrata a una joven intelectual, para que haga de catalizador, y le vuelva a brotar la capacidad de imaginar las necesidades y el futuro de los ciudadanos. La pensadora en el primer contacto que tiene con el político, en una reunión burocrática del Consistorio, y que no conocía en absoluto al alcalde, anota como primer elemento a profundizar el concepto de «modestia». El alcalde próximo al partido socialista intenta subir un escalón más en su carrera política pero los entramados del partido se lo impiden. En vez de aferrarse al oficio, se jubila con la ayuda de la primera idea que le proporcionó la intelectual, algo tan imprescindible y difícil en la política como es la modestia, ya que la palabra orgullo, siembra constantemente el discurso de todos ellos.

Al señor Junqueras no le preocupa no tener ideas, que nunca las tuvo, ya que solo tiene una, el ser president de la Generalitat, arrasando con lo que haga falta. No solo echó en cara a los políticos que han desaparecido del escenario post 1de octubre, sino que tuvo la arrogancia de sugerir que el seguirá en su camino triunfal hasta conseguir el trofeo.

Habría que recordarle que los votos son propiedad de los votantes, de nadie más. La política es relación de fuerzas. Clamar a los mil vientos respecto a una negociación que se convierte en una rendición sin paliativos, asumida por una política que repite constantemente que se necesita mayor apoyo, y cuando se tenía la desbarataron todos, de forma indigna. ¿Qué fuerza puede poner encima de la mesa con semejante disparate?

La política es relación de fuerzas, si las que tienes las ninguneas, lo único que se busca es el privilegio personal. Modestia e ideas es lo que le falta al señor Junqueras y a toda su camarilla.

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