El Gobierno Vasco habla de transparencia y buen gobierno, los hechos hablan de opacidad y mal gobierno. Opacidad en la Comisión de Ética Pública del Gobierno Vasco, presidida por la consejera Olatz Garamendi, con unas resoluciones que no son públicas y que han permitido, en esta legislatura, que dos exviceconsejeros y tres exdirectores pasen al sector privado sin esperar dos años desde sus ceses como cargos públicos. Mal gobierno el que permite este procedimiento falto de transparencia para regular las puertas giratorias vascas.

En marzo de 2021 nos enteramos de que dicha Comisión de Ética Pública resolvería si alguno de los altos cargos públicos involucrados en la vacunación irregular covid-19 habían vulnerado el Código Ético y de Conducta, eludiéndose la comparecencia de los altos cargos en el Parlamento vasco solicitada por la oposición e impedida por el PNV y PSE. Entonces nos enteramos de que dicha comisión llevaba año y medio sin emitir dictámenes, que no había presentado memoria de actividad desde 2018, que la última reunión fue el 13 de diciembre de 2019, y que de las 68 denuncias analizadas solo una acabo en cese. En junio de 2021, la comisión exculpo a la consejera Sagardui de las «vacunas vip» en Basurto y Santa Marina.

«No existe tiranía peor que la ejercida a la sombra de las leyes y con apariencias de justicia», Charles Louis Montesquieu.