Javier Orcajada Del Castillo

¿Para cuándo un gramo de sensatez?

Algún día tendrá que aportar alguien en nuestra Comunidad Vasca sentido común para descubrir el modo de superar el afán de ganar por goleada una partida que está condenada in eternum a solucionarse negociando con equidad el problema vasco que consiste en respetar y aceptar por parte del Estado la identidad diferenciada de los vascos. Lo paradójico es que hasta el conflicto de las FARC en Colombia se está manifestando como un baldón para Rajoy, que ve que Santos negocia con la guerrilla un final sin vencedores ni vencidos. Los vencedores serán los ciudadanos y los vencidos los que solucionan los conflictos arrasando, pero sin convencer. Que el del Eire es historia y que en Escocia ha habido un referéndum que ha servido para pacificar las partes en conflicto, sin víctimas irreversibles. Aquí, en España, parece que el sentido común es síntoma de debilidad. ¿Es que se piensa que los vascos se van a convertir en buenos españoles a base de policía, cárceles, jueces y argucias legales, con el apoyo indigno de otros estados europeos que creen que el proyecto de Europa tiene solo dimensión material y los pueblos y naciones históricas son los invitados pobres de los todopoderosos estados? Parece mentira que el poder central no se haya convencido todavía que frivolizando con los ‘revoltosos vascos’ y dándole un tufo paternalista no recuerden que tras cuatro guerras invasoras de los territorios vascos por tropas españolas no se ha solucionado nada, más bien se han agravado y los acontecimientos y la evolución de los conflictos nacionales se van reorientando gracias al empuje moral de sociedades y organismos que promueven el diálogo y la solución de los conflictos civilizadamente. Llegará un momento que el acoso moral contra España por parte del mundo sea insoportable y tenga que reconocer por la fuerza lo que pudo lograrse negociando. ¿Se puede esperar con lógica que la ofensiva sin precedentes contra los catalanes para frenar sus ansias de libertad va a poderse canalizar y lograr que se sientan a gusto en España? Piénsenlo los que sean capaces, que los imperios tienen sus fases de auge, pero que no pueden resistir presionando sin límite indefinidamente. Si no, véase la historia plena de lecciones que lo ilustran.

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