Martxelo Alvarez

Para el PP la vergüenza es el informe, no lo que refleja

A Amaya Fernández, del PP, le parece «una vergüenza y una ignominia» no la lacra de la tortura practicada durante décadas en instancias policiales y «desconocida», esto es, silenciada y permitida al no ser denunciada e investigada por el resto de instancias: médicos salvo honrosas excepciones, jueces, fiscales, responsables policiales, clase política en su práctica totalidad... sino el Informe presentado ayer en el Parlamento de Gasteiz sobre «torturas y malos tratos en el País Vasco entre 1960 y 2014», trabajo llevado a cabo por el Instituto Vasco de Criminología y en el que se documentan más de 4.000 denuncias referidas a todas las Fuerzas de Seguridad del Estado, Ertzantza incluida.

Para Amaya Fernández, del PP, lo ignominioso y vergonzoso no es que se realice esa práctica inhumana por parte de funcionarios del Estado sino que alguien lo diga, lo señale y exija responsabilidades por ello.

Ya lo dijo en su día Rodolfo Martín Villa entonces ministro franquista y hoy demócrata de toda la vida con quien Amaya Fernández comparte ADN ideológico y adscripción partidaria: «lo nuestro son errores, lo de ellos son crímenes».

Sí, una vez más, hoy como ayer, la «batalla del relato», la batalla de la Memoria, parte inseparable e imprescindible de la batalla por la libertad.

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