Aunque solo sea por eso. En fechas recientes hemos visto publicada en la prensa escrita la noticia de que la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de San Sebastián ha aprobado el desarrollo residencial previsto en Añorga Txiki. Aprobado. Dadas las connotaciones de la palabra «aprobar» entiendo que sería más correcto decir que el Ayuntamiento ha «autorizado». Ya que la Junta de Gobierno no aprueba en respetar la voluntad de sus ciudadanos, ni en mejorar su calidad de vida, ni en la satisfacción de sus necesidades. Porque, tras decenas de protestas, manifestaciones y quejas públicas y publicadas de los vecinos, trufadas de razones y argumentos admitidos por ellos mismos en privado, se puede afirmar indubitablemente que la Junta de Gobierno suspende en democracia, en participación ciudadana y en la focalización en los intereses y necesidades de sus representados. Desarrollo. Una de las acepciones de esta palabra reza «se entiende como desarrollo la condición de vida de una sociedad en la cual las necesidades auténticas de los grupos y/o individuos se satisfacen mediante la utilización racional de los recursos». Dado que los «individuos» residentes en Añorga Txiki consideran mayoritariamente que el exceso de viviendas planificadas supone una inasumible masificación del barrio, quizás sería más adecuado hablar de «crecimiento», en lugar de desarrollo. Y, si consideramos que las «necesidades auténticas» de los vecinos son soluciones a sus actuales problemas de aparcamiento y circulación, así como de soluciones al déficit de servicios e infraestructuras, y este proyecto no solo no aporta soluciones al primero, sino que lo empeora ostensiblemente, y que fagocita cualquier posible espacio destinado a paliar el segundo, quizás deberíamos hablar de degradación en lugar de desarrollo. Habría que decir, pues, que la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de San Sebastián ha autorizado el crecimiento residencial previsto en Añorga Txiki. Por respeto al lenguaje. Aunque solo sea por eso.