Lander Urkiola Arroyo

Querida Marijaia

Debido a la situación de pandemia que vivimos, este año a la Marijaia también le han hecho un ERTE, dejándonos así sin algunas de las situaciones más hermosas que ofrece la Aste Nagusia.

Nuestra querida ría no ha recibido el obsequio de la basura que cariñosamente depositan los asistentes, ni los servicios de limpieza han tenido que recoger los kilos y kilos de plásticos esparcidos por las calles. ¡Dios mío, a ver si vamos a dejar sin trabajo a esta pobre gente!

Tampoco han acontecido las habituales peleas a las noches. Un divertido espectáculo para los presentes, siempre que uno no esté demasiado cerca.

Y por supuesto, no se han ingerido cientos de litros de alcohol, ni la ciudad se ha cubierto de ese delicioso aroma a meado que nos encanta a los bilbaínos por la mañana.

Mantengamos la calma, el verano que viene volverán las fiestas tal y como las conocemos.

Pero, ¿y si no?

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