Maria Olga Santisteban Otegui - Zalla

Tiempo de calendarios

Nos mide y nos «ajusta» el tiempo, nos cuenta los siglos, los años, los meses y los días, Hablamos del calendario, aquellos que «heredamos» de los antiguos romanos, del calemdarium de las «calendas» y como le «dieron» su nombre, a la mayor parte de los meses de nuestros «modernos» calendarios.

En estos días y en los sucesivos (si no lo tenemos ya), nos haremos o recibiremos este calendario u aquel, ya sea con el que nos «obsequian» nuestras instituciones locales o deportivas, o bien los que pertenecen a entidades de orden «caritativa» o que pretenden financiar proyectos solidarios, entre otros. Todos ellos nos dirán que el año va concluyendo, y que pronto deberemos de cambiarle por las «hojas» de uno nuevo.

Entre el «aluvión» de los que recibimos, hubo uno que me llamó si cabe mucho la «atención», no por que sea mejor o «peor» que otros (todos ellos concebidos sin duda, con el máximo rigor e interés). Es un calendario que, en sus preceptivos doce meses, están dedicados a «jovenes» luchadoras a las que la vida no se lo ha puesto nada fácil, ya sea porque en sus países de origen fueron de alguna manera «discriminadas» por el solo hecho de haber nacido mujer, como la paquistani Malala Yousafzai, la afgana Sonita Alizaden o la china Wu Rongrong. Como, asimismo, con «activistas» y defensoras de los más débiles, como la sueca Greta Thunberg, la estadunidense Emma González (con su llamamiento, para poner a la sinrazón de las armas) y otro buen «puñado» más que le plantaron cara a otras tantas injusticias.

Todas ellas son un ejemplo para las niñas del futuro, que cuando alcancen la edad adulta, deberán seguir luchando por una educación justa e igualitaria, que las haga totalmente libres. Tiempo pues de este calendario.

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