Sin apenas levantar cabeza después de padecer la dichosa pandemia, nos llegan otra vez las ansiedades y el pánico generalizado a raiz de lo que nos llega desde Ucrania. Si no nos hubiera valido bastante ver el peor lado de esta sociedad, volvemos a observar actitudes llenas de hipocresía y demagogia. Ya lo cantaba el gran Evaristo con La Polla Records, Europa, esa vieja y podrida prostituta que tu maquillaje no tapa el olor... Palabras duras que sin embargo, reflejaban bien en aquel momento lo que verdadéramente significaba eso de la supuesta beneficiosa unión de naciones en vista de una prosperidad económica y social. Nada más lejos que una «engañufla» y un sistema de opresión al más humilde, acompañado de un servilismo y dependencia total del todopoderoso salvador norteamericano. Justo en el periodo en el que Rusia y Europa atraviesan mediánamente buenas relaciones, a las puertas de la inauguración del gaseoducto, de repente apresuran las ganas de que Ucrania entre a formar parte de la OTAN, cuando eso incumplía de facto aquellos acuerdos de no inclusión en países que habían pertenecido a la antigua Unión Soviética. Digamos que, haciendo un símil imaginario, si se diera el caso de que un Estado de EEUU, Ohio pongamos de ejemplo, se independizara y los rusos fueran allí a poner misiles apuntando a todo el resto, claramente eso sería impensable. Pues entonces empezemos a pensar que, aunque sea dificil y sensible, a Vladimir Putin no se lo han dejado facil. Por supuesto que desde aquí, desde Euskal Herria, donde también han habido años de conflicto, donde han existido vulneraciones de los derechos humanos, donde se han cerrado periódicos, donde se han enterrado en cal viva después de torturar a gente, donde se han colocado bombas en hipermercados o en las manos de un periodista... Deseamos que esto acabe cuanto antes y sobre todo, que la población civil ucraniana no siga sufriendo todo esto, no es para nada de recibo ver a familias desplazándose sin saber cual será su destino. No son para nada culpables de toda esta sinrazón, llevada a cabo por grandes intereses y que solo intentan asegurar el poco poder que ya les queda. El orden mundial ha cambiado y tienen que asimilarlo, no tienen por qué entrometerse en nuestro continente y hacernos pagar sus aventuras conquistadoras, que nos permitan tener una relación cordial y de negocio mutuo con nuestros hermanos asiáticos. Y para finalizar, un apunte a modo de consejo, a nivel psicológico y fraternal, no sigan yendo en masa a por aceite de girasol, al igual que con la pandemia con el papel higiénico, el mejor aceite es el de oliva y además es más saludable y materia prima que disponemos de sobra. En cuanto al papel higiénico, de sobra es conocido que reálmente no limpia bien, solo «maquilla», como se quiere maquillar a la opinión pública mediante censura y manipulación informativa y eso al final, desata un olor nauseabundo que dificilmente se puede solucionar.