Ekain de Olano

Un nuevo tiempo político. Los cambios que vienen

Si quien va a decidir quién es el nuevo lehendakari es un partido de ámbito español no creo que seamos menores de edad. Igual sí somos una nación gobernada desde Madrid. En este sentido habrá quien piense que estas elecciones no traerán ningún cambio.

Aun así, en las pasadas elecciones hemos podido ver como los partidos políticos que se disputan la hegemonía, EH Bildu y PNV, han ajustado sus agendas para reflejar las preocupaciones y prioridades de la ciudadanía; además, el esfuerzo realizado por ambos partidos en presentar propuestas para persuadir al votante han sido la muestra de que algo ya ha cambiado.

La competitividad entre estos dos partidos va a provocar un mayor interés en las demandas que depositan los votantes. En este sentido, los políticos si desean complacer estas demandas deberán innovar nuevas políticas públicas; de este modo, van a sentir la responsabilidad de rendir cuentas ante los electores; es decir, que si los políticos no cumplen con las promesas de campaña o si su desempeño en el cargo es insatisfactorio corren el riesgo de perder el apoyo electoral en las futuras elecciones; y también van a estar más expuestos a la crítica y a la responsabilidad de sus acciones.

La renovación de los cargos políticos traerá consigo la renovación de ideas y políticas; el PNV se ve obligado a sustituir a Gotzone Sagardui y de subsanar todos sus errores como cerrar el PAC de San Martin. De este modo, van a revisar y actualizar todas sus políticas para adaptarse a las cambiantes demandas y preferencias de los votantes. Esto va a introducir nuevos enfoques para abordar los problemas sociales y económicos.

Esta disputa, también va a promover la participación y el compromiso con el proceso político, lo que a su vez puede impulsar cambios en las políticas y en la dirección del Gobierno Vasco. En la decimotercera legislatura se van a atender las demandas soberanistas de la nación. Lo que para algunos va a suponer un dilema ya que deberá equilibrar sus propias aspiraciones nacionales con la continuidad de su entente. El miedo a una posible división del PNV hará tambalear la alianza con el PSOE.

Este proceso estará marcado por el debilitamiento de la influencia española y la búsqueda de una nueva dirección política será crucial para el futuro de Euskal Herria.

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