Iñaki Revuelta Lertxundi, cantante

Vicente Zaragüeta gogoan

Seis años se cumplen ya de la partida física de Vicente Zaragüeta, me refiero en tal término porque su alma y legado humano prevalece entre todos nosotros, los que tuvimos el inmenso honor de haberle conocido y compartir vivencias históricas llenas de amor y de cariño. Estos tristes tiempos que nos toca ahora vivir, no hubieran hecho apagar esa eterna sonrisa y ese espíritu positivo y constructivo del que fuera presidente del Aquarium, ese templo de la paz que tanto recalcaba en sus innumerables apariciones públicas. Cuanto echamos de menos esas charlas con Juan Mari Mañero en Teledonosti, donde dos grandes donostiarras compartían experiencias vividas a lo largo de sus brillantes trayectorias, tanto profesional como humanamente hablando.

Otro buen amigo también nos ha dejado últimamente, Jose Juán Castillo, además de pionero en lo suyo y referente en los grandes cocineros, un excelente ser humano lleno de humildad y generosidad hacia los demás. Reconozco haber sentido igual o parecida pena por su marcha al igual que Vicente, Juan Carlos Irizar o demás buenas personas que tanto nos dieron a cambio de nada, bueno sí, una amistad que perdurará para siempre en nuestros corazones y nuestra alma. En un mundo donde se ven tantas injusticias, donde existe la pobreza infantil y se ven escenarios de desolación, hacen falta más personas como Zaragüeta, que transmitan alegría y hagan ver siempre el lado positivo de las cosas, que veamos el vaso medio lleno y no medio vacío por un decir. Te puedes sentir solo, desamparado o padecer cualquier otra carencia, pero si tienes al lado a alguien tan especial te sientes reconfortado y un abrazo suyo es como una inyección de pura vida.

Esos abrazos continúan, cada vez que camino por el muelle donostiarra se vuelven a producir, es de obligado menester saludar y hacer una carantoña a esa bien lograda representación artística que nos observa desde la lejanía, a las puertas de la casa del mar, donde esa mirada profunda y llena de sentimiento nos aguarda con gran elegancia.

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