Xabi Rodriguez y Nicolás Xamardo

Votemos al PSOE, que viene Vox

Hagamos historia. El PSOE, para mantenerse en el poder, ha estado dispuesto a hablar políticamente con el independentismo catalán, a través de la figura del relator.

Ante esto, los llamados "trillizos de Aznar" hacen que, el siempre timorato PSOE, se retracte. El estrepitoso fracaso de la manifestación es interpretado inmediatamente por el PSOE en clave electoral. Olvidándose de los presupuestos, se centra en convocar elecciones generales lo antes posible para evitar que PP y Cs tengan tiempo para poder desmarcarse de Vox.

Habían apostado por la España rancia y el día de la Plaza de Colón se percatan de que, a pesar de todo el empeño puesto, aquella ya no existe. Su viejo imaginario quedó roto por la fuerza de lo real (lo inesperado de la política).

Ahora –estemos atentos–, asistiremos a un desesperado intento de desmarque entre ellos. Para PP y Cs, Vox es ya un apestado.

Confiamos en que eso nuevo que se vislumbra pueda ser el inicio de una España diferente de la que hemos conocido hasta ahora; siempre y cuando el PSOE sea capaz de hacer una lectura correcta del sentir de la mayoría de los españoles.

La gente quiere diálogo con Catalunya y no confrontación, como propone la derecha española más nostálgica.

Recordemos que la política es un arte y no una ciencia. Y cuando esta aparece de verdad todo se juega en un instante (fracaso de la manifestación), alterando todos los cálculos racionales y cuantitativos.

La prueba es que 1+1+1 puede dar suma negativa; puesto que los elementos de la operación han resultado ser heterogéneos. Vox fue el causante de una resta que ha hecho emerger una subjetividad española desconocida por nosotros.

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