Cero impuestos para el capital en la CAV

Ayer se celebró un pleno monográfico sobre política fiscal en el Parlamento de Gasteiz a petición de EH Bildu y Elkarrekin-Podemos. Debate que terminó con la aprobación de las resoluciones de apoyo al acuerdo fiscal suscrito por PNV y PP en noviembre y al que posteriormente se adhirió el PSE. El principal cambio que ha trascendido de aquel acuerdo, todavía sin aprobar, es que se rebajará cuatro puntos el tipo del Impuesto sobre Sociedades hasta dejarlo en el 24%, un punto menos que en el Estado.

Resulta muy llamativo que para defender semejante reducción se subraye una y otra vez que la rebaja no supondrá merma en la recaudación fiscal, lo que lleva a preguntarse para qué se hace y por qué ha tenido tan buena acogida entre las organizaciones empresariales. Tal vez busquen, como sugirió el consejero Pedro Azpiazu ayer, generar unas expectativas positivas en las empresas para que vengan a afincarse a la CAV. Muy bien sabe el consejero que los bufetes de asesoría fiscal se fijan en los tipos nominales pero lo que estudian detenidamente es la letra pequeña de la ley. Y en ese aspecto, como muestra la evolución descendente de la recaudación por el Impuesto sobre Sociedades, poco se puede rebajar ya al que prácticamente no paga. Si de lo que se trata es de que las empresas no aporten nada deberían atreverse a proponer directamente quitar ese impuesto, como hizo ayer el PP con el de Sucesiones y Donaciones, propuesta que, por otra parte, cosechó un rotundo fracaso.

El contrapunto en el uso de las exiguas competencias fiscales lo encontramos en Nafarroa. La reforma fiscal ha permitido aumentar la recaudación dos puntos más que en la CAV, pero, además, el impacto del acuerdo con el Estado ha sido mucho menor. Mientras Nafarroa camina hacia un modelo fiscal más justo que garantice recursos para mantener el estado de bienestar, en la CAV se profundiza en el camino inverso: cero impuestos para el capital.

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