Dos clases de políticas públicas frente a frente
El Gobierno de Lakua volvió a anunciar ayer un fondo de 144 millones para avalar a jóvenes que quieran comprar una vivienda. El sindicato LAB se concentró para denunciar esa medida que contradice la letra y el espíritu de la Ley de Vivienda vasca, que establece en su artículo número dos que la compra de vivienda no deberá consumir recursos públicos. Pero es que, además, proporcionar avales a la adquisición alimenta la demanda y, en consecuencia, presiona los precios al alza. En ese sentido, los avales funcionan como un trasvase de recursos públicos a constructores, que consiguen una mayor demanda para sus pisos, y a la banca, que logra colocar una mayor cantidad de préstamos, además, con menos riesgo al contar con garantía pública. Conviene no olvidar que estos avales a la compra son también un trasvase de dinero público a las clases con mayor poder adquisitivo. ¿Quién si no puede comprar con 18 años una vivienda cuyo precio está en máximos históricos mientras los salarios, cada vez más precarios, son devorados por la inflación?
Por otra parte, en los cursos de verano de la EHU se presentó la oficina pública de trabajo del hogar de la Agencia de Desarrollo de Oarsoaldea, Etxekolan. Se trata de un servicio que asesora a las trabajadoras y gestiona una bolsa pública de empleo. La oficina también orienta a las familias que demandan cuidados para personas dependientes. De este modo, no solo ponen en contacto a empleadores y empleadas, sino que permite a ambas partes aprender que existen unos derechos que deben ser respetados, que los trabajos de cuidados se deben hacer en condiciones justas y dignas, y que las personas dependientes tienen unas necesidades que es necesario cubrir. Un proyecto público que mejora y dignifica el servicio de cuidados, transparente, accesible y arraigado en el territorio. Recursos públicos invertidos allí donde más se necesitan.
Las políticas públicas siempre tiene destinatarios concretos. Así, mientras la derecha trata de encauzar los recursos hacia los poderosos y las clases satisfechas, las verdaderas políticas de izquierda dirigen sus esfuerzos hacia los desfavorecidos, a dignificar sus condiciones de vida y trabajo.