El Nobel señala los límites de la naturaleza

Cada día gana peso la conciencia de que el medio ambiente es parte fundamental, más que eso imprescindible, de la vida en el mundo y por tanto no puede examinarse como mera fuente de materias primas y sumidero de lo sobrante. A esa conclusión se llega después de que los residuos que producimos nos hayan desbordado totalmente, hasta el punto que ya no se pueden ocultar. Lo peor es que nadie sabe exactamente cómo manejar la situación para no perder totalmente el control. Ayer el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) volvió a advertir de que es necesario limitar el calentamiento global a 1,5ºC; en caso contrario no se podrán evitar «daños irreparables».

La conciencia del choque entre los límites de una actividad económica en continuo crecimiento y un mundo finito se abre paso, poco a poco, en todas las instancias mundiales. Incluso entre las más refractarias, como ha sido hasta ahora el Banco de Suecia que ayer se hizo eco de la preocupación por el medio ambiente al conceder el premio Nobel de Economía a dos profesores estadounidenses que han estudiado las relaciones entre la economía y la naturaleza. A pesar del cambio de registro que ello supone, como suele ser habitual en esta clase de premios, el mensaje no resultó unívoco. Mientras uno de los premiados, Paul M. Romer, ha trabajado en el Banco Mundial y es profundamente crítico con la deriva de la actual teoría macroeconómica hacia el dogmatismo y el mal uso de la matemática, el otro, William D. Nordhaus, es uno de los autores –junto con Paul Samuelson– de uno de los manuales de referencia de la actual teoría económica. Y para que no cupieran dudas sobre el sentido del premio, el banco en su nota insistía en el objetivo del crecimiento, eso sí con muchos apellidos: sostenido y sostenible en una economía de mercado. Pero crecimiento a fin de cuentas.

Persiste el intento de conciliar términos irreconciliables. Reconocer lo contrario sería asumir que nuestro actual modelo de vida y de consumo no tiene futuro.

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