Casi dos meses después de que fuera decretado el estado de alarma, el Boletín Oficial de Estado publicó el procedimiento que han de seguir las empleadas del hogar para solicitar el subsidio extraordinario por reducción de jornada, suspensión de contrato o pérdida de empleo. La Asociación de Trabajadoras del Hogar valoró positivamente el hecho de que por fin se hayan establecido los trámites a seguir, así como que se incluyera entre los motivos que dan derecho al subsidio el fallecimiento de la persona empleadora.

No obstante, las representantes de las trabajadoras del hogar también criticaron la tardanza en la aprobación del procedimiento, así como que la gestión de la ayuda se convierta casi en una carrera de obstáculos para muchas empleadas. Las escasas facilidades dadas para reunir la documentación y las dificultades para conseguirla ahora, la posibilidad de que la persona empleadora no coopere, la tramitación telemática y la falta de atención presencial para ayudar a las trabajadoras a cumplir con la solicitud fueron algunas de las dificultades que subrayaron. Estas críticas refuerzan la impresión de que a la hora de diseñar los procedimiento administrativos, las instancias gubernamentales rara vez tienen en cuenta las especificidades de los colectivos a los que se dirigen. En función de las condiciones en las que realizan su trabajo o del acceso y habilidades tecnológicas que poseen las personas destinatarias de la ayudas, un simple trámite burocrático se puede transformar en poco menos que un muro infranqueable; más todavía en una situación de emergencia sanitaria.

Esta crisis está poniendo de relieve la importancia que tienen los cuidados para el bienestar de la ciudadanía y la poca atención que se presta a esos trabajos y a las mujeres que los realizan. Han sido las últimas en poder tramitar los subsidios extraordinarios y además lo tienen que hacer con un tremendo esfuerzo burocrático. La administración pública también tendrá que empezar a cambiar.