La demografía delata la falta de visión de conjunto

Ayer comenzó el curso de verano de la UPV-EHU dedicado a analizar los retos que plantea una sociedad envejecida. Las proyecciones demográficas muestran que seguirá aumentando el peso poblacional de las personas mayores por el aumento de la esperanza de vida y la baja natalidad. Las personas en edad de trabajar caerán, lo que puede plantear problemas de ocupación en el futuro.

Como suele ser habitual, las soluciones propuestas estaban a la altura del reto: desde el fomento de la natalidad a la promoción del relevo generacional y la acogida de personas refugiadas. Sin embargo, esas medidas resultan contradictorias con las políticas que se están aplicando en la actualidad. Así, se habla de relevo generacional pero se retrasa la edad de jubilación. De la misma manera se propone incrementar la natalidad pero si antes una prole extensa era un seguro para la vejez, ahora se ha convertido en un gasto que no casa con los exiguos salarios de la precariedad, ni con la carrera de obstáculos que supone conciliar vida familiar y laboral. Por otro lado, se señala que faltarán trabajadores en el futuro, pero al mismo tiempo se loa la robótica como si fuera capaz de eliminar todos los puestos de trabajo. La acogida de refugiados de la que habló el consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, no es más que una parte mínima de unos movimientos migratorios mucho más amplios, espoleados, sobre todo, por un reparto de la riqueza cada vez más desigual en el mundo. Y esa disparidad creciente actúa como la diferencia de potencial en un circuito eléctrico, presionando también a Euskal Herria. No son solo los refugiados.

El debate sobre demografía muestra una falta de visión de país y de conjunto. La rectora de la UPV, Nekane Balluerka, apuntó que como sociedad no hemos prestado atención a lo que anticipan los escenarios demográficos. El reto, por tanto, es que estas reflexiones veraniegas fructifiquen en políticas y visiones más coherentes.

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