Llamamiento kurdo a la paz y al consenso democrático

El fundador del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Abdullah Öcalan, realizó ayer desde la isla-prisión de Imrali la histórica declaración ‘Llamamiento a la paz y una sociedad democrática’. La principal novedad es que pide a las organizaciones kurdas que depongan las armas. El mensaje del líder kurdo es claro, directo y honesto: «el abandono de las armas y la disolución del PKK –que Öcalan explica que se debería dar en un congreso de esa organización–, requieren en la práctica el reconocimiento de una política democrática y un marco legal».

En su análisis, Öcalan explica los factores que han «debilitado el sentido fundacional del PKK» y por qué considera que se debe dar el paso de dejar la lucha armada y abrir un proceso democrático. El preso político defiende que «el consenso democrático es el camino fundamental» en la «búsqueda y realización de un sistema político». Considera que «a día de hoy la tarea principal es reestructurar esta relación histórica» entre kurdos y turcos, «que se ha convertido en algo extremadamente frágil». Sin perder de vista la situación convulsa de Siria e Irán, ni los problemas de corrupción y gobernanza de la región kurda en Irak, el conflicto más grave es con Turquía, donde reside la mitad de los cuarenta millones de kurdos y kurdas, y donde el régimen de Recep Tayyip Erdogan sostiene una política de negación, persecución y represión extremas.

La autoridad y el liderazgo de Öcalan dentro del movimiento por la liberación kurdo son innegables. El periodista Karlos Zurutuza lo ha descrito justamente como un intelectual «que lleva más de dos décadas en prisión tras haber dedicado su vida y su pensamiento a la liberación de su pueblo; un preso en aislamiento que ha puesto sobre la mesa la propuesta social más revolucionaria de todo Oriente Medio». Hace referencia al «confederalismo democrático» que promulgó Öcalan, adoptó el PKK y se ha desarrollado en cierta medida en Rojava. El Llamamiento de Imrali relanza la oferta política y negociadora kurda y merece la solidaridad internacionalista y el apoyo de la comunidad internacional que, para empezar, debería presionar para que liberen a Öcalan.

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