Los pensionistas y su lucha desarman a Urkullu

Tras más de dos años de movilizaciones constantes, las plataformas de pensionistas de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa suspendieron la  manifestación que tenían prevista para hoy frente a Lehendakaritza. La razón aducida fue el riesgo que supone mantener la convocatoria para la salud de las personas, a causa de la rápida propagación de la neumonía por coronavirus. Sin embargo, recalcaron que las razones que llevaron a la convocatoria de dicha movilización permanecen. Entre ellas, subrayaron la falta de sensibilidad del lehendakari, que ya se ha negado a recibirles tres veces. Al mismo tiempo denunciaron que no existen compromisos tangibles por parte del Gobierno de Lakua para detener el deterioro de las pensiones públicas.
Los jubilados y pensionistas han mantenido durante más de dos años una lucha ejemplar en defensa del sistema público de pensiones. Han dado a sus reivindicaciones una perspectiva general y a largo plazo, haciendo especial hincapié además en la mejora inaplazable de las pensiones más bajas. Son un modelo de lucha colectiva y solidaria en defensa del bien común. Solamente por la generosidad de su esfuerzo y la ejemplaridad de su actuación merecían que el lehendakari les hubiera recibido y escuchado. Pero no lo ha hecho. Como tampoco lo hizo en un primer momento con las familias de los dos trabajadores desaparecidos en Zaldibar. Iñigo Urkullu ha imprimido a su mandato como lehendakari un profundo sesgo clasista.
El segundo reproche que le hacen las plataformas de pensionistas al Gobierno de Lakua es de sobra conocido: cuando determinada reivindicación no gusta al PNV aparece el comodín de la falta de competencias para justificar su inacción. Pero tampoco tenía competencias con el TAV y, sin embargo, no ha parado de hacer cosas.
Al final, Urkullu no recibe a los pensionistas porque su lucha ha mostrado el carácter clasista de Lakua y los pies de barro de su compromiso con el bien común.

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