Nuestros montes precisan un cambio de rumbo

Un hongo, conocido como banda marrón, está cambiando el color de los pinares de nuestros montes. Esta enfermedad afecta ya a una tercera parte de la superficie con pino insignis. Su rápida propagación preocupa al sector forestal y a las instituciones, pero también a las asociaciones ecologistas y conservacionistas, y a la sociedad en general. Es inquietante ver que los árboles se secan y mueren masivamente.

Anteayer el Gobierno de Lakua y las tres diputaciones se reunieron y expusieron lo que denominaron plan de choque contra la banda marrón, iniciativa que a continuación fue aplaudida por la asociación de madera de Euskadi, Baskegur. En realidad, más que un plan presentaron una declaración institucional en la que reiteraban su apoyo y compromiso con el sector. Añadieron la intención de poner en práctica una serie de medidas para hacer frente a la enfermedad, entre las que destaca la intención de fumigar con óxido cuproso las zonas afectadas en primavera. Por lo demás, reiteraron su apuesta por la repoblación con especies y ejemplares resistentes a la enfermedad. Ningún análisis de las causas de la enfermedad, ningún dato sobre la posible evolución de la plaga, ningún estudio sobre posibles alternativas; más de los mismo, ningún elemento novedoso. Aplican una lógica burocrática cuando hace falta una visión ecológica. Más que presentar un plan, trataron de recuperar la iniciativa en una cuestión que escapa a su control, al tiempo que intentaban condicionar un debate social sobre política forestal que sigue creciendo.

Este país necesita un sector forestal productivo y sano. En algunos aspectos se han dado pasos en la modernización de la actividad productiva, pero todavía continúa preso del monocultivo de coníferas que es fuente, además de dependencia, de enfermedades. Si la sociedad tiene que pagar los desperfectos de esta nefasta política forestal también tendría que participar en el diseño de una nueva.

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