Cerca de 150 solidarios y solidarias vascas partieron ayer noche del aeropuerto de Foronda con dirección a los campamentos de refugiados de Tinduf, donde viven decenas de miles de saharauis desde hace 50 años, cuando el Estado español abandonó su excolonia a merced de Marruecos y Mauritania, haciendo dejación de su deber como potencia administradora. Con el mismo destino, hoy saldrá otro vuelo solidario desde el aeropuerto de Noain. Dos aviones cargados de solidaridad «concreta y efectiva».
 

Durante su estancia en Tinduf, las solidarias y solidarios de Euskal Herria anunciarán la campaña Vacaciones en Paz 2026 en un acto en el que tomarán parte familias de acogida que participan en esa iniciativa que, desde hace 40 años en los meses de verano, abre las puertas de las casas a los niños y niñas saharauis. Pero esa solidaridad, como recordaron ayer, va más allá, y durante estas décadas han enviado comida, medicamentos, material escolar y asesoramiento para mejorar la educación. Por eso, entre quienes partieron ayer a los campamentos, se encuentra una delegación de EHU, estudiantes, albañiles, fontaneros, electricistas, médicos y otros profesionales que renovarán infraestructuras en escuelas, impartirán cursos de formación, instalarán sistemas informáticos en un hospital...

Necesaria solidaridad ante el reto de supervivencia y lucha de un pueblo negado y oprimido, a merced de la represión del ocupante marroquí en su territorio o en el exilio en los campamentos de refugiados y en la diáspora. Solidaridad de décadas contra el olvido de un conflicto que se ha enquistado sin que la comunidad internacional haya sido capaz de obligar a Marruecos a cumplir el mandato de referéndum de autodeterminación de la ONU, aún vigente, pero en una resolución que, por contra, reconoce como opción más viable el plan de autonomía marroquí debido a los cambios de parecer de varios Estados, que obedecen a intereses que nada tienen que ver con los derechos y aspiraciones del pueblo saharaui. Solidaridad para demostrar a ese pueblo que no está solo, «porque la guerra se perderá cuando nos olvidemos de ellos».