Su fuerza de voluntad fue inspiración universal

Con la muerte del astrofísico británico Stephen Hawking, se nos va una de las mentes más formidables de nuestra época, quizá la mayor celebridad de la ciencia desde Albert Einstein. Siempre fijó la mirada y concentró su pensamiento en las estrellas, tomó el universo como su laboratorio particular y buscó dar respuesta a las preguntas más complicadas. No se autoimpuso fronteras, el poder de su mente no tenía restricciones, y quizá por ello, fue capaz de probar los límites del conocimiento humano sobre la inmensidad del espacio y el extraño mundo submolecular de la teoría cuántica que, en sus palabras, podría predecir lo que pasa al principio y al final del tiempo. Se preocupó de involucrar al público, que no siempre lo entendía, pero sí lo veía como un icono de una mente que está por encima del común de los mortales.

Su fascinación por el cosmos nunca le impidió a Hawking manifestarse de manera clara y comprometida sobre temas de vital importancia. A diferencia de muchas celebridades elevadas al trono internacional de la fama, que se concentran en ser figuras de consenso y evitan tomar partido para no alienar a sectores del público que los adora, no tuvo miedo a la controversia política y se mostró como un activista que, cuando hablaba, hacía que el mundo escuchara su causa. Nunca necesitó ninguna religión que sostuviera su existencia, hizo campaña contra guerras como las de Vietnam o Irak, por los derechos de los palestinos o por el sistema de salud público al que tanto debía.  

Desafió las posibilidades de vida que le dieron los médicos cuando a sus 21 años le diagnosticaron una esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Atrapado en un cuerpo paralizado y sin capacidad de habla, eso no fue impedimento para que el mundo conociera sus ideas. Su espíritu nunca estuvo discapacitado, demostró que una mente libre no necesita de un cuerpo que funcione para sobrevivir, prosperar e incluso divertirse. Hawking personifica el triunfo de la esperanza sobre la adversidad, el poder de la fuerza de voluntad como inspiración universal.

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