Ucrania apuesta con claridad por el cambio

La victoria en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales ucranianas del actor Volodímir Zelenski sobre el actual presidente, Petro Poroshenko, ha sido contundente. Ha logrado casi tres veces más votos y ha vencido en todas las regiones, excepto en la más occidental de Lvov y en Donbás, donde sus habitantes no han podido votar. El amplio margen y su carácter general indican que existe un anhelo de cambio ampliamente compartido por una ciudadanía, cansada de corrupción, confrontación, guerra y pobreza. Y aunque el mensaje de Zelenski tampoco ha sido especialmente rompedor –ha apostado por la integración en la UE y en la OTAN, y al mismo tiempo por el diálogo y la normalización de relaciones con Moscú–, ha sido suficiente para arrastrar el voto popular.

Un fuerte deseo de cambio que se combina con una situación política muy enrevesada con una guerra enquistada, una economía al borde de la bancarrota y una corrupción endémica. Pero lo que sí ha cambiado esta vez es el contexto internacional. Históricamente, Ucrania ha oscilado entre la presión e influencia ejercida por la UE de un lado,y por Rusia de otro. Así, desde la independencia, hace ya treinta años, se han ido alternando presidentes con simpatías contrapuestas, condicionando completamente la vida interna del país y su desarrollo. En la actualidad, sin embargo, el interés exterior se ha reducido sustancialmente. Mientras la UE tiene suficientes problemas internos urgentes como para seguir con la ampliación hacia el este, Moscú ha comprendido que la cooperación estratégica anterior también le creaba importantes dependencias en cuestiones como el transporte de hidrocarburos que, a partir del Maidán, le ha costado mucho solventar.

En este contexto puede abrirse una oportunidad para que se produzca un cambio interno en las élites locales, como ha ocurrido ya ha ocurrido en otros países del espacio post-soviético, que impulse una senda de desarrollo más autocentrado. Está por ver si el nuevo presidente tiene fuerzas suficientes para impulsar ese cambio.

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