Un acuerdo que anula un sabotaje contra la paz
Hablar de un proceso judicial que tuvo lugar ayer en un tribunal especial de Madrid y que no sean las comparecencias de Jose Luis Ábalos y Koldo García en el Tribunal Supremo resulta extraño. Pero lo verdaderamente anómalo es que en 2025, a unos pocos metros de ese tribunal, en la Audiencia Nacional española se juzgara a seis ciudadanos y ciudadanas vasca a cuenta de los «ongi etorris» a presos. Un juicio extemporáneo, reflejo tardío de la excepcionalidad jurídica o de agendas que buscan entorpecer los avances hacia la paz y la justicia.
Finalmente la Fiscalía, las acusaciones particulares y los abogados lograron un pacto para suspender la ejecución de las penas de prisión establecidas para las seis personas implicadas. Ayer ratificaron ese acuerdo, según el cual las y los acusados aceptan una condena de 1 año y 6 meses por «pertenencia a organización criminal», más otros 6 meses y una multa por «humillación a las víctimas» y «enaltecimiento del terrorismo», a lo que hay que sumar tres años y seis meses de limitaciones para el ejercicio de actividades públicas. Así, evitan el ingreso en prisión. Precisamente, el objetivo inicial de la Guardia Civil cuando puso en marcha la persecución contra esos militantes, cuando el juez instructor Manuel García Castellón dio curso a su procesamiento, y al sumarse las acusaciones –entre las que estaban desde Dignidad y Justicia hasta el PP–, era que estas personas fuesen castigadas y encarceladas. Ayer se abortó ese objetivo declarado.
Por eso, dentro del despropósito que era el juicio, la noticia del acuerdo es positiva. En un momento en el que lo normal y lo positivo es que las y los presos vascos regresen a sus casas y recobren la libertad, había un intento por elevar el número de prisioneros. Se quería utilizar como excusa a Euskal Preso Politikoen Kolektiboa, poniendo en duda su compromiso con las vías pacíficas y democráticas. Pero la exigencia de verdad, justicia y reparación para todas las víctimas es un principio compartido en la sociedad vasca. En este terreno falta mucho por hacer y no se pueden permitir sabotajes por parte de quienes no han dado los pasos que les toca dar.