Un polígono insostenible, se mire de donde se mire
La Asamblea Antipolígono presentó ayer una nueva marcha contra el polígono de tiro de Bardenas para el próximo 1 de junio. Una cita anual que llega en un momento en el que las instalaciones militares en el sur de Nafarroa vuelven a estar en el foco tanto por calendario –el actual contrato de arrendamiento al Ejército español finaliza en 2028– como por un contexto en el que el rearme abrazado por los países de la Unión Europea hace temer una intensificación del uso del polígono en los próximos años.
De hecho, la habitual convocatoria de la Asamblea contra el polígono llegó apenas un día después de que el presidente de la Comunidad de Bardenas Reales, José María Agramonte, defendiese en el Parlamento la instalación militar por su aportación a la defensa de la biodiversidad. El argumento de este militante de UPN sigue la línea marcada por el coronel José Manuel Bellido durante la visita de una delegación del Parlamento a las instalaciones en marzo, cuando insistió en que son «medioambientalmente sostenibles». Agramonte, de hecho, fue más allá y ligó el aumento de buitres leonados a que el polígono de tiro aleja otro tipo de actividades humanas, obviando que está situado dentro de un espacio que es un parque natural y una reserva de la biosfera y pasando por alto que la recuperación de la especie se ha dado en todo el herrialde. Vista la pereza de la que hacen gala a la hora de argumentar, cabría pedir a los defensores del polígono que al menos sean sinceros acerca de las causas que les llevan a defender una instalación militar en la que el Ejército español y la OTAN prueban armas y entrenan pilotos para la guerra.
Un polígono de tiro militar en plena reserva natural es una contradicción en sí misma. No solo es medioambientalmente insostenible –el sector militar fue responsable del 6% de las emisiones de gases de efecto invernadero en 2023, según el Centre Delàs–, también es incompatible con un compromiso real con la paz y la no proliferación, además de peligroso, como lo muestran los reiterados incidentes registrados a lo largo de los años. Todo esfuerzo será poco para intentar mantener el suelo navarro al margen de la escalada bélica europea.