El próximo 15 de febrero se celebrará en Donostia la asamblea de constitución de la Red de Personas Torturadas de Euskal Herria. Precisamente hace un año, el 13 de febrero, coincidiendo con el Día contra la Tortura, un grupo de torturadas y torturados presentó una iniciativa para realizar un encuentro en 2025. Durante este tiempo, y después de haber organizado más de veinte asambleas por todo el país en las que han participado más de 700 personas, lo que iba a ser un encuentro se ha transformado en la constitución de una red. Los promotores consideran que ha llegado el momento de lograr el reconocimiento público de que la tortura fue una política de Estado, y para ello consideran necesario crear una organización formal.

Lo cierto es que, a estas alturas, los poderes del Estado pretenden seguir manteniendo que la tortura fue algo aislado por parte de uniformados envilecidos, cuando los datos muestran una fotografía bien distinta. Los informes oficiales de los Gobiernos de Gasteiz y Nafarroa cifran en más de 5.000 los casos de tortura confirmados en Euskal Herria. Además, 14 personas murieron a consecuencia de los malos tratos que sufrieron entre 1961 y 1993, según los datos recopilados por Egiari Zor. Asimismo, tal y como denunció Behatokia, muchos de los testimonios arrancados bajo tortura se utilizaron para condenar a al menos 95 personas, cuyos casos deberían ser revisados en un ejercicio de justicia. Sin olvidar, por último, que los responsables y los ejecutores de los malos tratos a menudo han recibido honores y premios, e incluso han sido ascendidos. De este modo, no solo no se ha reconocido la práctica de la tortura, sino que además el Estado español no ha hecho nada por aliviar el sufrimiento de estas víctimas.

Ha llegado el momento de que se acepte la verdad sobre la tortura, que se reconozca a las víctimas, que no se blinde la impunidad y que se den garantías de no repetición. El Estado tiene una responsabilidad directa en esa estrategia que conculcaba derechos humanos fundamentales y que aún oculta por ventajismo. Es algo que deberá asumir para poder avanzar en la reconciliación y la convivencia. Cuanto antes, mejor.