Varapalo a la estrategia reaccionaria en Nafarroa

Finalmente, el Tribunal de Cuentas dejó zanjado ayer que la actual presidenta del Gobierno de Nafarroa, Uxue Barkos, no cometió irregularidad alguna en el cobro de dietas entre 2007 y 2012, cuando era concejal de Iruñea y al mismo tiempo diputada en Madrid. Confirma así lo antes establecido por el TSJN, la Cámara de Comptos, el Ayuntamiento de Iruñea, la Fiscalía del Supremo y la sala de lo Penal del Tribunal Supremo español. Desmonta definitivamente un escándalo de laboratorio que se había convertido en una de las puntas de lanza de la oposición al cambio político en Nafarroa. Queda en evidencia la estrategia reaccionaria de UPN, PP y, aunque en este caso en un grado más atemperado, del PSN, que vuelven a recibir un duro golpe. El ininteligible relato de «todos somos iguales» defendido precisamente por quienes auspiciaron y más obscenamente se beneficiaron del sistema de dietas cae por su propio peso y pierde aun jugando en casa, en los tribunales españoles.

Las dietas fueron uno de los mayores escándalos del régimen liderado institucionalmente en sus últimos compases por Yolanda Barcina y Enrique Maya, sostenido artificialmente por un PSN en descomposición, pergeñado ideológicamente por personajes como Jaime Ignacio del Burgo y amparado socialmente por patronal y sindicatos estatales, dentro de una red clientelar que tenía a la CAN como nodo principal y a la razón de estado por bandera. Era un sistema éticamente inaceptable, económicamente lesivo y políticamente demencial. El mandato popular de un cambio político tenía relación directa con revertir este tipo de desmanes y funcionamientos irregulares.

Las fuerzas reaccionarias han demostrado que no tienen alternativa. Cerrado este expediente, quienes apostaron por el cambio en Nafarroa deben continuar con su agenda y su programa, ahondando en el liderazgo compartido que posibilitó su victoria democrática, insistiendo en los valores de justicia, igualdad y libertad.

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