Sare ha ofrecido hoy en Bilbo una rueda de prensa para salir al paso de los repetidos intentos del delegado del Gobierno español en la CAV por impedir el acto convocado para el 20 de setiembre en el Bilbao Arena. Joseba Azkarraga ha manifestado su «plena confianza» en que jueces y fiscales no admitan el recurso interpuesto por la Abogado del Estado, a instancia de Carlos Urquijo. Ha augurado un acto masivo, con el pabellón de Miribilla a rebosar.

A esa cita, ha avanzado el miembro de la red ciudadana, acudirá una amplia representación del espectro político, institucional, académico y cultural, «cada una aportando desde su ámbito y con su trabajo, pero todos y todas juntas, con el fin de terminar ya con la dispersión». El objetivo del acto, han remarcado, es que sean respetados los derechos humanos de todas las personas, también de las presas, por lo que es necesaria el fin de la actual política penitenciaria.

Azkarraga, que ha comparecido junto a Asun Landa, ha incidido en que «algo falla en nuestra convivencia» cuando se ven obligados a explicar que «es preciso respetar y defender» esos derechos. Sare, han recordado, nació el 15 de junio para trabajar por la convivencia, «desterrando actitudes del pasado. Cerrando la puerta al sufrimiento y abriéndola a la esperanza».

«Queremos seguir dando pasos en la construcción de la convivencia. Y para ello –han enfatizado–, son imprescindibles la memoria, la justicia y la reparación. Por eso, no podemos dejar en el olvido cuestiones que con claves para cerrar definitivamente este conflicto. Y en ello, también, juegan un papel fundamental las personas presas».

A quienes aún no lo tienen claro, Landa y Azkarraga les han explicado que denunciar la dispersión, con lo que supone de castigo a los familiares de los encarcelados, no representa «ninguna afrenta y menosprecio a las víctimas», tan solo al delegado gubernativo español. «Representa, ni más ni menos, la exigencia de que cumplan sus propias leyes.

No han pasado por alto que jueces y fiscales comparten la idea de que no sirven viejas recetas para tiempos nuevos, de ahí que se hayan dirigido a la Justicia para que desestime la iniciativa de Urquijo. «No hay más solución –ha resaltado Azkarraga– que la palabra y la movilización pacífica».