El Ministerio del Interior de Arabia Saudí ha anunciado la ejecución de 47 personas, entre los que se encuentra el conocido clérigo chií Nimr al Nimr, considerado uno de los grandes líderes de las revueltas de 2011 y 2012 en el reino árabe que siguieron a la revolución tunecina.
La mayoría de los ejecutados fueron condenados por participar en una serie de ataques perpetrados por Al Qaeda desde 2003 a 2006.
Al Nimr, por su parte, también fue condenado por delito de «terrorismo», que se añade a los formulados previamente. Le han acusado de «buscar la intervención extranjera en Arabia Saudí» así como delito de «desobediencia y levantarse en armas contra las fuerzas de seguridad».
Irán ha sido la primera en reaccionar a la ejecución. El Ministerio de Exteriores iraní ha asegurado que Arabia Saudí «pagará un alto precio». Además, Teherán ha acusado a Arabia Saudí de »apoyar a terroristas» mientras ejecuta al mismo tiempo a «los enemigos del terrorismo», según el comunicado recogido por la agencia oficial de noticias iraní IRNA.
Hizbula también ha condenado las ejecuciones. «La ejecución de Al Nimr es un crimen que se añade al historial criiminal de los Al Saud», ha declarado el líder de la milicia, Abú Mahdi al Mohandes.