El cómite de empresa de Candy, en un rueda de prensa ofrecida esta mañana, ha solicitado a la empresa que presente un plan de viabilidad para mantener la producción y los puestos de trabajo de la planta de Bergara. Sin embargo, los trabajadores consideran que el deseo de la dirección es «cerrar y cesar la actividad productiva». Un cierre que la dirección considera «inevitable».
El convencimiento de los trabajadores, tal y como han señalado, se vio reforzado el pasado miércoles, cuando los representantes de Industria de Lakua les manifestaron que la fabricación de lavadoras podía ser viable.
Después del anuncio del cierre de la planta a finales de octubre, en las dos reuniones mantenidas entre ambas partes durante este proceso de negociación, la plantilla exigió documentación sobre transacciones económicas con otras 28 sociedades del grupo. Una entrega que se produjo en la segunda reunión. «Tienen perfectamente estructuradas las reuniones, evitan salirse del guión y continúan a rajatabla la mecánica diseñada para el cierre de la planta», han defendido.
En los últimos dos años, la plantilla se ha reducido a la mitad, pero, según los trabajadores, la productividad y la rentabilidad ha mejorado. Del mismo modo, han querido negar el plan de recolocaciones expuesto por Candy: «Queremos desmentirlo. Nos han hecho una exposición de cómo nos ayudarían a buscar empleo, pero nada más, ni un puesto de trabajo».
Asimismo, a su entender, detrás del cierre de la planta de Bergara «hay una deslocalización a China, pero también una intención de especular».
Asumen que lo que hay en juego es «algo más» que 172 familias, debido a la importancia de la empresa en la industria de Debaldea. Por ello, han llamado a varias movilizaciones para esta semana. Mañana se reunirán con los técnicos de la Diputación, al tiempo que se concentrarán frente a la misma. El jueves una manifestación arrancará desde la planta a las 18.30 horas y el viernes, se producirá una tercera reunión con la dirección.